15/9/07

España está en Europa


















Aquí tenéis a parte de la manada con la que vivo (el gordito del centro no). Lo que os decía, unos salvajes pero todos muy majos. Faltan dos, además del perro. Uno es Mike, un regordete que es el que lavaba al gato en el vídeo. Otro es el nepalí, que es con el que me llevo mejor. Tiene un nombre imposible, así que le llamó Nepal. Al tío le hace gracia y se ríe.

Esta semana he empezado a golfear un poco con ellos por los bares cerca de la uni. Las famosas happy hours. La cosa es un poco primaria:pagas entre cinco y diez dólares y puedes beber durante dos horas todo lo que quieras por la cara o pagando 50 centavos o un dólar por copa. Al final da igual, porque como esto es el reino de las propinas, siempre das un dólar para que te atiendan antes.

Sobra decir que a este precio lo mejor es beber poquito o tomar cerveza, porque la calidad de las copas engrandece a nuestro querido garrafón.

Los bares cierran a las dos y luego hay que ir a la city. Está bien, pero nada del otro mundo. Me queda por probar el clubbing, que son las discotecas propiamente dichas. Aunque estos no son mucho de bailar. Van al bar, se enmoñan, se echan unas risas y para casa. Lo de los sábados da un poco de miedo, porque te puedes hacer una ruta de happy hours. Estos se van ahora. Yo me quedo, porque tengo que hacer el puto homework y mañana vamos de excursión con los de la uni a Baltimore.

Este es uno de los bares






















Este es Arjun, un fanático del Liverpool y de padres indios. El más desfasado y macarra de todos. Cuando entiendes lo que dice, te descojonas.





















Este es Mad (con d). El dueño del perro y adicto a la PlayStation.
















Este es Taha, que gestiona el business de la casa. También de orígenes indios. Me tiene que poner una puta tele ya.


















Y este es 'you'. Le llamó así porque tiene otro nombre imposible. Además, es al que menos he visto.









Anoche volvimos a salir y me hicieron la pregunta del millón de dólares. "¿España está en Europa?". Lo juro. Fue un amiguete de estos y se salvó de ser la tercera persona en salir conmigo en el blog porque olvidé la cámara. Lo bueno es que tiene la novia en Alemania y la ha ido a ver un par de veces.

La siguiente pregunta fue un poco desconcertante: "¿Puedes ir a España conduciendo desde Alemania?". Me lo pensé un par de segundos antes de contestar, a ver si había truco.
¿No se fiaba de mi respuesta? ¿Se cree que el norte de África también es Europa? Aún no he conseguido descifrar la pregunta.

Tampoco sé si lo más grande es la pregunta en sí o el descaro con el que te lo preguntan, como si fuera lo más natural del mundo. Pero cuidado con los americanos, que con este desparpajo vital uno empieza meándose encima para calentarse y acaba ganando 10 millones de dólares al año.

El de Nepal me preguntó al principio si sabía donde estaba su país. El tío alucinó cuando le conté que mi amiga Lucía había estado un año viviendo allí y que sabía que había una guerrilla, un rey tirano y que pronto habrá elecciones. Quedé guay.

La cuestión es que haber intimado con ellos no me ha arreglado la vida, me la ha complicado. Había decidido irme tras mi incidente con el ratón y ya tenía una casa mirada y decidida.

La dueña es Manda, una profesora de escuela de Malawi, de 30 años, negra y gorda como un tonel. A favor está que la tía es un encanto, no para de hablar (lo que en Madrid agobia, pero aquí se agradece), tiene un apartamento muy bonito en un barrio precioso y en su casa podría ver la tele y cocinar todo lo que quisiera. Me ahorraría 300 euros del alquiler, la tía está más en mi onda que estos y forma parte de una especie de club que los fines de semana se van al campo a hacer excursiones.

En contra, que su casa está a 20 minutos o media hora en transporte público. Primero un bus (o una caminata de 15 minutos) y luego el metro.

Quedarme aquí me ahorra todo el follón y mal rollo del cambio. A estos les hago la putada y de hecho firmé una especie de contrato. Pero era en un papel muy cutre y el ratón me da razones para romperlo unilateralmente.

Además, seguiría a cuatro calles de la uni y ahora que he pasado lo peor y ya me he integrado, pues me da palo irme.

En contra está aquí no tengo tele (actalizo para decir que ya la tengo; mañana os cuelgo una foto) y que la cocina ya me da mal rollo.

Así que no sé que hacer. Llevo dos días dándole vueltas y cada cinco minutos cambio de opinión. Media hora de transporte no es tanto y ganaría en calidad de vida, pero aquí más o menos ya me he acostumbrado y me viene bien estar rodeado de gente que hable americano.

Mañana lo decido. Sed buenos.