2/10/07

El perdón





Hoy se cumple un año desde que el tío de la foto, Charles Carl Roberts IV, entró en una escuela amish, a una hora de aquí, y disparó a 10 niñas, cinco de las cuales murieron. Tenían entre 13 y 6 años. La mayor (dos de sus hermanas pequeñas son las de la foto) le rogó que la matara pero que dejara salir al resto.

De la mentalidad del tío -32 anos, casado, con dos hijos y vecino de los amish- resulta difícil entender algo salvo que estaba muy enfermo. Desde la escuela llamó a su mujer y le 'confesó' que cuando tenía 12 años había abusado de dos niñas de su familia. Que todo aquello le seguía atormentando. Pero las supuestas víctimas dijeron luego a la policía que todo era mentira.

De lo mucho que se ha publicado estos días sobre el tema, sin embargo, me quedo con la reacción de los amish. No habían pasado ni cuatro horas desde los asesinatos cuando un goteo de amish fue llegando a la casas de la familia Roberts para mostrar su cariño y ofrecer su perdón a la viuda, a los padres y a los suegros del asesino. El padre de Roberts estuvo una hora llorando en el hombro del abuelo de una de las niñas heridas.

Los amish son descendientes de los anabaptistas, que huyeron de Europa en los siglos XVII y XVIII de la guerra y la represión religiosa en Europa. Aunque ha habido algunos cismas, la gran mayoría sigue viviendo sin luz, sin usar máquinas o teléfono y arando los campos con animales. La no violencia y el perdón están en la base de sus creencias. En Estados Unidos viven unos 120.000 amish.

Cientos de amish acudieron al entierro de las niñas.





Al día siguiente, muchos de ellos estuvieron también en el entierro de Roberts. Los periodistas que estuvieron allí escriben que no había ninguna diferencia en el calor y el cariño que dieron a las familias de las niñas y a la del asesino.







La cosa chocó tanto que los amish fueron incluso criticados. Se dijo que si no habían tenido tiempo de pasar el duelo, cómo iban a poder perdonar. Que todo lo que hacían era una pose.

Pero con el paso del tiempo se fueron conociendo mas detalles. Un banco local abrió una cuenta para recaudar dinero para las familias de las niñas. La congregación local de los amish recibió meses después el dinero y acordó entregar una parte proporcional a la viuda de Roberts. En el ultimo año, en cada acto, en cada cosecha y en cada celebración de los amish ha habido un espacio y un recuerdo para la familia de Roberts.

Los padres de Roberts han visitado durante el último año a las familias amish todas las semanas. Hace un mes, al regreso del verano, organizaron un gran picnic-fiesta para todos los niños amish y sus padres. Ellos y la viuda han mostrado reiteradamente su "impagable agradecimiento" y "emocionado reconocimiento" a todos los amish. La viuda se volvió a casar siete meses después de la tragedia.

"Durante siglos, los amish han desarrollado como pueblo la creencia de que el odio y la venganza ponen en peligro la felicidad y la armonía de su grupo social. Que perdonar les hará mas fuertes. Han llegado a interiorizarlo de tal modo que no saben comportarse de otra forma", explica Donald Kraybill, profesor de Anabaptismo en el Elizabethtown College.

"Está en su ADN cultural. Lo que hicieron el primer día no fue mas que, a su manera, hacer lo que hacemos todos: recurrir a lo mas íntimo para soportar el dolor. En una situación traumática, la mente se refugia en el hábito y para ellos eso es el perdón ", concluye Steven Nolt, profesor de Historia en el Goshen College.